Saturday, December 22, 2007

Nuevo número de Linden Lane Magazine,
en homenaje a
Eduardo Michaelsen

Ilustran también el número el pintor y escultor Felipe Jiménez y el fotógrafo Pedro Portal.
Y la colaboración de destacados escritores cubanos.


Para suscripciones envíe un email a
lindenlanemag@Aol.com

Monday, September 24, 2007

La Guardia, New York, marzo 17 de 1980: Ernesto Padilla, Belkis y Heberto, en la conferencia de prensa dada por el Senador Edward Kennedy a la llegada del poeta de Fuera del juego a Estados Unidos.

Heberto Padilla, el I Ching y el 2000

BELKIS CUZA MALE


A principios de 1972, nuestro amigo Alberto Mora, comandante y ex Ministro de Comercio Exterior de Cuba --difícil de ubicar en medio de una revolución de la que él habìa formado parte-- llegó a casa acompañado de su amigo Benigno Regueira (también ex Vice Ministro de Comercio Exterior), y un libro, el I Ching, recien editado por la Editorial Seix Barral, en España. Parecía verdaramente animado y quería compartir con nosotros ese tesoro que es el I Ching. Sin pérdida de tiempo abrió el libro y nos propuso leernos nuestro futuro. Sacando unas extrañas monedas de un bolsillo de su camisa comenzó a mirar en nuestro destino.

No nos sorprendió con el hallazgo de la primera parte de su lectura: el destino de Heberto y el mío corrían parejos, pero llegado a cierto punto, "algo", muchos años después, nos haría tomar senderos distintos. El de nuestro amigo Alberto, en cambio, aparecía envuelto en nubes grises y ni siquiera se atrevió a comentar los detalles. Dijo tan sólo que no era bueno. Y no lo fue: el 13 de septiembre de ese año se pegaría un tiro.

Aquel otro manual de numerología que Mercita Borrero me había prestado, señalaba también en 1975 ya algo definitivo: el 2000 traería una ruptura o cambio importante en la vida de Heberto.

Se acercaba la fecha de la Virgen de las Mercedes, cuando en 1978 fui a visitar la antigua Iglesia de la Merced, en La Habana Vieja. Las sombras y el silencio ocupaban todo el sitio, especialmente el de aquella antiquísima capilla entre rejas donde se alzaba un pequeño pedestal con su imagen. No sé de dónde salió la voz, pero levanté la vista y la vi allí, susurrando su mensaje: "Pídele, niña, pídele, que ella es la que abre las puertas de la cárcel". Luego me comentó que había estado presa y venía siempre a rezarle a la Vírgen. Y sí, no sólo le pedí a la Vírgen de las Mercedes que nos abriera las puertas de esa cárcel que era para nosotros Cuba, sino que fui y pedí una misa con esa intención a mi nombre, para el ya cercano día de las Mercedes, el 24 de Septiembre de 1978.

Esta foto que ven aqui, fue tomada el 17 de marzo de 1980, a la llegada de Heberto Padilla al aeropuerto neoyorquino La Guardia, tras haber sido autorizado por Fidel Castro a abandonar el país. Apenas hacìa un año que yo había llegado a Estados Unidos, acompañada de mi hijo Ernesto, entonces con sólo 6 años. En la Isla quedadan Heberto, y mi hija María Josefina, con sólo 13 años.

Junto a Heberto --pero no aparece en esta foto--, estaba el Senador Edward Kennedy, quien realizó las gestiones ante el gobierno cubano y quien logró la salida de Heberto, tras gestiones del escritor Bernard Malamud y del editor Bob Silvers. El senador Kennedy, entonces aspirante a la Presidencia, envió a Montreal a su asistente personal Jan Kalinski a darle la bienvenida a Heberto y acompañarlo en su viaje a New York, donde Kennedy celebraría una rueda de prensa, informando de las gestiones que se llevaron a cabo con el gobierno cubano.

El 20 de mayo de 1983, el Presidente Ronald Reagan, en una discurso en Miami, destacaría las palabras de Heberto Padilla sobre la libertad. Este fue el comentario de Reagan:
"In 1980, a Cuban scholar named Heberto Padilla came to the United States after spending 20 years under Castro. He marveled at what he saw, something that he hadn't even noticed during his visit here 20 years ago. When visiting the campuses of our major universities, he said: " I am struck by something that will be obvious to all Americans: no one government official or colleague, has asked me what I was going to say in the seminars and courses that I'am going to give this fall. This is new for me. Simple, but true. It is difficult to ask anyone born into freedom to realize exactly what she or he possesses."
Well, Mr Padilla went on to explain that freedom is invisible. It is the absence of the government censor, the absent of the secret police, the absent of an agent of repression." **

Hoy se cumplen siete años de la muerte de Heberto Padilla. El 24 de Septiembre de 2000, día de la Vírgen de las Mercedes --¡qué coincidencia!--, se iría para siempre. Estaba solo en Alabama, enfermo e intentando inutilmente tomar control de su vida. Me había prometido que sólo enseñaría hasta diciembre en Auburn University. Quería descansar y emprender otra vida aquí en Texas. No pudo ser: lo dijo la lectura del I Ching que nos hizo nuestro amigo Alberto Mora, y también aquel manual de numerología que ya entonces señala el 2000 como año crítico, decisivo, en su vida. Y no, no debe ser una coincidencia la fecha escogida por Dios para que se abrieran las puertas de esa prisión que de algún modo también es nuestro cuerpo físico.

El autor de Fuera del juego, tan vilipendiado por la tiranía, y por otros no menos repugnantes, decansa en paz ahora. Vive, que otra cosa no es el morir, porque el alma nunca muere.

** *Cuban Independent Day Remarks at a Cuban American National Foundation function in Miami, Florida . Dade County Auditorium . May 20, 1983

REAGAN ON CUBAN. SELECTED STATEMENTS BY THE PRESIDENT. THE CUBAN AMERICAN NATIONAL FOUNDATION, 1984.

Saturday, September 22, 2007


Tania Díaz Castro, poeta y mujer única
BELKIS CUZA MALE
Foto: Tania con sus hijas Gretel y Maria del Carmen y el esposo de esta. La Habana, 1991
Para escribir sobre ella, he vuelto a leer sus poemas, los de ahora y los de antes. Los que ha ido sembrando en el camino de su accidentada vida. No puedo ubicarla ni aquí ni allá, porque ha cambiado de casa como de vestidos. Pero tengo sus fotos, y sus textos, que a veces me llegan como chispas de luz quemándose en la hoguera. En esa hoguera que se ha llamado la revolución cubana, y que a ella en particular le ha costado casi la vida. Dos años de cárcel no son poca cosa en una prisión cubana, y para colmo de males, el descrédito y las calumnias que la dictadura no se ha cansado de propagar contra ella.
Estoy hablando de esa excelente periodista y poeta llamada Tania Díaz Castro --nacida en 1939 en Camajuaní, en la antigua provincia cubana de Las Villas--, de quien el destino (o el karma) nos hizo amigas. ¿Que cuándo la conocí? ¿Cómo recordarlo, si parecería que nos hemos visto toda una vida?
De su labor como periodista conservo la imagen de la época en que trabajaba en la revista Bohemia, en los años sesenta y pico y setenta, hasta que se fue de allí o la echaron. También de su vida de poeta tengo innumerables recuerdos, cuando solía reunirnos en algunos de esos apartamentos en los que vivió en La Habana, y donde disfrutábamos del esplendor de ''los manjares'' que entonces eran imposibles de soñar, si no hubiera sido por el amigo Kano, el japonés amable y generoso que traía junto con los víveres la amistad. Era la época en que Tania había sufrido una agradable metamorfosis: su espíritu se trasformó como por obra y magia de la cultura japonesa. Había regresado de un rápido viaje al Japón, a donde fue a residir con aquel otro japonés, a quien apenas recuerdo y con el que estuvo casada un año.
Fue una época maravillosa para ella, en la que Tania se despojó de lo superfluo, y dejó su apartamento en el hueso: puros libros y algunos cuadros y mucho ambiente japonés por todos los rincones, lo que equivale a decir, blancura, simplicidad y extrema limpieza y nada de abigarramiento. La sencillez del alma. A esa pureza se afilió Tania entonces, y leyó toda la literatura japonesa que pudo y nos hizo también leerla a nosotros, sus amigos, pues su entusiasmo desbordaba las tardes de tertulia habanera en su apartamento. Esa influencia japonesa dejó una impronta eterna en su poesía.
Atrás quedaban la Tania que aullaba como loba herida en ese ya clásico libro que es Todos me van a tener que oír, y que Linden Lane Press publicó en 1989 --en edición que reproducía la original habanera de 1970, ahora con traducción al inglés de los poetas Carolina Hospital y Pablo Medina--, a raíz de los sucesos que la llevaron a la cárcel en Cuba entre 1988-89, acusada de ''insultar y desobedecer a las autoridades'', aunque en realidad se le condenó por su activismo en pro de los derechos humanos.
Tras salir de la cárcel, Tania funda, junto a Ricardo Bofill, el Partido de los Derechos Humanos, y en marzo de 1990 es arrestada y acusada de nuevo, junto con otros miembros del partido, de ''rebelión''. En julio de ese mismo año, y tras presiones de la Seguridad del Estado, es obligada a declarar en la televisión en contra de ella misma y de otros. Por supuesto, ya hemos vivido demasiado el totalitarismo marxista y sus prácticas de procesos judiciales idénticos, como los terribles ''procesos de Moscú'', para que alguien pudiera dudar de que aquellas farsas eran calcos monstruosos.
Mientras giran las hojas del arce, publicado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en 1998, es sin duda un libro único en la literatura cubana, pues desde las ''japonerías'' de Julián del Casal, ningún escritor cubano se había asomado a la cultura nipona. Este es también un libro de ruptura en la obra de Tania, al abordar una poesía realmente tocada por la sencillez y el susurro de lo japonés, y que nos sumerge de principio a fin en el paisaje humano de su experiencia en ese país.
Al final de los 34 poemas del libro uno desearía no regresar de este viaje sentimental que compartimos con la autora mientras disfrutamos de su lectura.
Han pasado los años, y Tania sigue allá, esperando, me dice. Está sola en La Habana, sus hijos todos se han marchado. Sigue rodeada de sus queridos perritos, de sus cosas, de sus recuerdos. Ha permutado de vivienda sabrá Dios cuántas veces, y hasta ha tenido el privilegio espiritual de habitar por un tiempo el caserón de Mercita Borrero y el pintor Loy, allá en la calle de San Francisco. Sigue haciendo gran periodismo independiente para la agencia Cubanet de Miami, y no me canso de admirarla. Alamar, donde ahora reside, no es su paisaje natural. Yo la ubico en plena Habana, agitada, valiente, lenguaraz, poniendo los puntos sobre las íes, tirando a la basura las experiencias amargas de la vida.
Imposible no llorar con algunos de sus poemas. O debe ser porque he compartido con ella esas mismas experiencias, familias, amigos, seres inolvidables como Mercita Borrero y la memoria de Juana, poeta y pintora del alma, que también propició nuestra amistad.
Años en los que Tania Díaz Castro era la poeta que lo arriesgaba todo por amor, en los que quemaba pronto las etapas y abría una nueva página de su destino personal. Años en los que La Habana iba desapareciendo lentamente y ella iba reconstruyéndola con su sagaz y valiente prosa periodística. Años en que no ha dejado de amar y de escribir, y de soñar con el renacer de la isla.
¡Qué extraño que las editoriales españolas no publiquen la obra de esta excelente poeta, ahora que están de moda los escritores que viven en la isla! Allí está ella, en medio del oleaje sin fin de esta isla que parecería devorar los sueños de sus habitantes. Pero no el de Tania Díaz Castro.•
Publicado en El Nuevo Herald (Artes y Letras), domingo 16 de septiembre de 2007

Monday, July 30, 2007

En defensa de Heberto Padilla / Belkis Cuza Male
"Flor del alma", Belkis Cuza Male

Por favor, visiten el blog de La Casa Azul, Centro Cultural Cubano Heberto Padilla. Alli podran leer los articulos recientes en defensa de Heberto Padilla y Belkis Cuza Male, tras la controversia generada por un articulo de
Soria de Cuba (ay, olvide su nombre, o sera "sorry de Cuba"?. Hagan click en www.lacasaazulcubana.blogspot.com

y lean las respuestas de

Jorge a Pomar

Karin Aldrey

Roberto Luque Escalona

Vicente Echerri

y Nicasio Silverio

A ellos y a los otros amigos, gracias de corazon, de parte de La Casa Azul y de todos los que honramos la memoria de Heberto Padilla.

Y visiten mis otros blogs, cuando les sobre el tiempo:




Gracias y bendiciones,

Belkis Cuza Male
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Sunday, July 15, 2007



Leopoldo Avila en Miami

Belkis Cuza Malé



De izquierda a derecha: Luis Rogelio Nogueras, Jose Lezama Lima y Heberto Padilla, en un cafe al aire libre en El Prado. La Habana, 1966. Foto Chinolope.


Para los que no lo recuerden, Leopoldo Avila es el seudónimo tras el cual se escondía un personaje siniestro que a principios de los años setenta escribió en la revista Verde Olivo, órgano oficial de las Fuerzas Armadas de Cuba, los artículos más miserables que se recuerden contra los intelectuales. Un día en la Biblioteca Nacional, el historiador santiaguero Jorge Ibarra prometió decirme quién era en realidad Leopoldo Avila. Nunca lo hizo, y era explicable dado sus vínculos con el ejército.


El lenguaje canallezco de Leopoldo Avila es recordado hoy dìa, incluso entre los escritores castristas, como un ejemplo de lo que no puede repetirse. Este personajillo siniestro que algunos creen era el propio Luis Pavón, presidiendo entonces el Consejo Nacional de Cultura; otros, el profesor y ensayista José Antonio Portuondo, y otros, el propio Lisandro Otero, periodista y novelista --que gustaba contar la anécdota del trompón que le propinó Ernest Hemingway en el Floridita habanero, allá por los finales de los cincuenta--, sigue siendo un misterio, aunque ha pasado ya a la historia de la infamia.


Pero de ese Leopoldo Avila no quiero hablar, sino de éste que nos ocupa hoy, que parece haber aterrizado en Miami. El exilio ha sido desde sus comienzos una estructura endeble, como un edificio compuesto de muchas capas --que van desde lo social a lo idelógico. Un exilio que ha ido acogiendo a todos por igual, que ha visto traiciones de ambas partes, entre los que llegaron primero y los que van llegando con las nuevas oleadas. Un cambia casacas constante, que ha atravesado severas crisis y que en muchas ocasiones ha costado más que mutuos insultos. Quiero referirme a esos "sesudos" cachorros del castrismo llegados al exilio en la última década. Y no importa si son "jovenes", pero odian también al tirano. La mayoría posee un amplio curriculum, han estudiado en las universidades, han viajado al extranjero, han hecho casi lo que les ha dado la gana en la Cuba post muro de Berlin. Casi todos son ensayistas y algunos incursionan en la prosa y hasta en la poesía. Muchos son políglotas, han estudiado en los antiguos países socialistas y e incluso los hay hijos de altos jerarcas del régimen o que estuvieron ligados a la nomenclatura. El sueño ya no es mantenerse en el "exilio de terciopelo" --alejados del mundanal ruido de Hialeah--, sino precisamente ser rompe olas, quinta columnistas dentro del esquema del exilio intelectual. Llegar e imponer virtudes y defectos de una generación crecida al amparo del Ministerio de Cultura de Abel Prieto. Creerse que se las saben todas, como se dice en la Isla. Estar más allá del bien y el mal, dinamitar todo lo que huela a república, y a escritor exiliado, escribir contra ellos, pero nunca contra los escritores oficiales de la isla. Estos personajillos se dedican a interpretar a Cuba como si se tratase de desmontar una obra literaria, y para esto, hacen acopio de un lenguage enrevesado, de críticos ganados por cierta sofisticación europea; todos escribiendo con la misma verborrea de los burócratas del pensamiento marxista pasado por no se sabe cuantas capillitas de desafectos. No hay quien los descifre. La escritura de ellos es lenguaje de entendidos, es decir, se leen los unos a los otros, publican sus libros (que sólo ellos leen entre sí), y suelen agruparse en sus madrigueras del internet. Eso sí, como decía aquel caricaturista cubano en los pasillos de la Unión de Escritores de Cuba, allá por los setenta: "siempre con el poder, pero haciendo bajezas".


Un tal Pablo de Cuba Soria, con rimbombante nombre, que lo marca ya con mediocre oportunismo, acaba de escribir en El Nuevo Herald (sección Arte y literaratura, julio 8) un artículo contra Heberto Padilla, como poeta y como ser humano. Este Leopoldo Avila, recien llegado al exilio en 2004, es sin duda un claro exponente de todo lo que acabo de decir. Hay que tener la cara de piedra y el corazón lleno de lodo para escribir como lo hace este personaje sin autoridad literaria, un crítico de caricatura, ensayando no sus "quince minutos" de fama, como dice cuando se refiere a Heberto, sino su medio segundo de estupidez. Olvidar el papel protagónico de Heberto en un momento en que todos los intelectuales inclinaban sus cabezas y aplaudían al déspota es sin duda el sueno dorado de la Seguridad del Estado castrista. Olvidar que fue él y no otro, quien le puso el cascabel al gato, parece encomienda de alguien más. Pero hay que reirse si a esto añadimos el atrevimiento de este "enayista" al escribir un "sesudo" artículo diciendo que Heberto Padilla es un poeta menor.
Precisamente es Heberto Padilla quien, con su extraordinario decir, irrumpe con una poesía nueva, fresca, única, capaz de hacer del lenguaje sucio y gastado de la retórica revolucionaria, un verso no esperado en la lengua castellana, tan dada a ratos a los excesos.


Ese artículo del señor Cuba de Soria --sin ton ni son-- sólo puede servir a los intereses de un anti exilio, de una revolución que boquea al igual que su comandante. "¿Contra quién va dirigido ese insulto?", diré parafraseando al propio Heberto, con su típica ironía. Habría que preguntarse si este Leopoldo Avila de pacotilla tiene maestros y seguidores en el exilio. Y también si tiene madre.
BelkisBellAol.com

Sunday, May 13, 2007


Nuevo numero de Linden Lane Magazine.
Los que deseen recibir una copia impresa de LLM, deberan enviar cheque o money order por la cantidad de $5.00 a
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Monday, May 07, 2007


Mi vida como consejera espiritual



Belkis Cuza Malé



Anoche leí una de las dos "obritas" teatrales de Cho Seung-Hui, el estudiante del Instituto Virginia Tech que cometió él solo la peor masacre de todos los tiempos en un recinto estudiantil y quizás en la historia de este país. A través de la lectura de esas diez páginas, el asesino en serie nos ofrece su campo visual y va creando un paisaje de violencia inusitada, sobre el que caen como telón de fondo las energías infernales de su alma. ¿Nació este joven perturbado por sus genes, lo transformó la vida familiar, el ambiente que lo rodeaba, o venía su alma de un largo peregrinaje en las tinieblas? Ese, mis queridos lectores, es análisis que da razón de ser a una pràctica profesional que ejerzo desde hace años, la de consejera espiritual, además de la de escritora y artista. Si usted puede explicarme cómo funciona un teléfono, cómo aparece la imagen en la televisión, cómo oimos la voz en la radio, o son posibles los satélites, la computadora,los radares, o el milagro de captar una imagen en una fotografía, o grabar la voz de alguien, entonces quizás usted tenga una respuesta para definir eso que todavía algunos menosprecian y juzgan mal: la labor en el campo espiritual, el poder de la fe, de la oración, del pensamiento, de la palabra, de los sueños, de la visualización. Todos, ciencia del alma y de algo tan "mágico" como la física cuántica.

Hace unos meses, escribì un artículo sobre "The Secret", el documental que resume lo que Dios nos ha ofrecido desde que creó el universo: el poder que yace en nosotros mismos, Ahora ese "secreto" parece haber alcanzado dimensiones de best seller y despertado la mente dormida de muchos. Cada uno de los que participan en el documental gozan de merecida reputación como consejeros o maestros en los diversos campos de lo espiritual. Gracias a ellos, que han servido para taparle la boca a unos cuantos, cada día se hace más clara la necesidad de buscar ayuda en campos que hasta ahora se mantenían confinados a la vulgar definición de superchería. Jesucristo, el hijo de Dios, es sin duda el más extraordinario maestro de la ciencia del alma, como yo le llamo a los caminos espirituales. Nadie puede dudar de esto si lee con atención los Evangelios. Si nuestra fe es igual a un grano de mostaza, dice, podemos mover montañas. Y sí, esto es lo que explica la física cuántica, y los estudios de la energía. Somos energía y vivimos dentro de una energia divina que es susceptible de ser transformada si somos capaces de aquietar nuestra mente y visualizar, creando esta realidad que vemos como nuestro entorno. Hasta los dientes pueden crecer, se afirma, con la fe y la visualización. Dios hizo al universo con su palabra y esa palabra que hizo la luz y las tinieblas es también el arma "mágica" de que todos disponemos. Dios está en nosotros, fuimos creados a su imagen y semejanza, somos parte de la energía que nos engendró. El cielo y la tierra, y el paisaje, están dentro de nosotros. Morimos en la cruz con Jesús, y resucitamos con EL. He ahí la gran verdad, el gran milagro. Esto no es una cosa del pasado, sino de todos los días. A través de las llagas de Cristo hemos sido sanados. He aquí la física cuántica en su más hermosa definición.

Un día, con apenas nueve años, mi madre visitó a una espiritista en Guantànamo. Aunque no era ella dada a estas cosas, recuerdo que la acompañé a la consulta de aquella señora de aspecto nada extraordinario --una mulata clara de unos cuarenta años--, quien fijando la vista en mí, le dijo a mi madre: "Esta niña tiene gran mediounidad, pero además le recomiendo que le dé semillas de calabaza para curarle los parásitos". Si, ésa fue de seguro mi iniciación en lo que luego se convertiría en hacer importante de mi vida. Fíjense que aquella "espiritista" le habló a mi madre también de los parásitos que veía en mí, recomendándole acertadamente las semillas de calabaza. De seguro esta señora no habìa estudiado mucho, pero su conocimiento le llegaba a través de la lectura espiritual de mi campo energético. Ella sabía, con sólo mirarme, qué estaba pasando en mi cuerpo y en mi alma. Aquí en Fort Worth, Texas, donde resido, mis clientes llaman o tocan a mi puerta cuando me necesitan, o como diríamos en Cuba, "cuando les aprieta el zapato". Muchos se han convertido en mis amigos, otros viajan desde lejanas ciudades, como Michigan, o Houston, o hasta de México, para "consultarme". Sí, la mayoría no viene para conocer su "futuro", porque éste no existe más que en el presente, como les explico, sino para buscar orientación espiritual, para encontrar a Dios en medio de sus vidas llenas de problemas, para recibir una "limpia" espiritual, o aliviar sus nervios a travès del hipnotismo o la descarga de energías sobre ellos. Hace mucho también que consulto por teléfono, e incluso a través de la computadora, y realizo trabajos de hipnosis sin necesidad de que vengan a mi consulta. ¿Es esto posible? Absolutamente. Y de igual modo lo son las curaciones producto de la fuerza de la fe que se asienta en Cristo.

Escribo este artículo para reivindicar una profesión que sin duda merece ser evaluada con respeto. En una sociedad donde ya ni doctores ni sacerdotes visitan a sus enfermos, una consultante espiritual como yo recibe llamadas desesperadas a cualquiera hora del día y la madrugada, y se acerca a los lechos de los moribundos para orar por ellos.

¿Me necesita usted, querido lector?

BelkisBelll@Aol.com


Tuesday, March 20, 2007

Fuera del juego

















(Respuesta a "Encuentro")

Belkis Cuza Malé

En la foto: Ernesto Padilla, Belkis, Heberto y Giselle Padilla, NY, 1980

La nota aclaratoria de Encuentro en la Red sobre por qué no publicaron mi artículo "Guayabitos en la azotea", evidencia a simple vista que se esta obviando la verdadera respuesta. En mi posterior artículo "¿Censura en Encuentro?" yo expreso muy claramente lo que no tiene otra interpretación: Encuentro no es precisamente un "encuentro de las dos orillas". La cultura del exilio es un plato de segunda mesa en ambas vertientes de Encuentro. La promocion a los actos culturales del gobierno cubano, a sus instituciones y sitios de internet es óbvia.
Los escritores y artistas promovidos por Encuentro son lo que son, no los marginados por la cultura oficialista, ni a los que se les escluye de la UNEAC o La Casa de las Americas. Los homenajes van y vienen como si se trataran de grandes escritores fallecidos, cuando en realidad en su gran mayoría son figurones turbios que viven publicando, paseando y comiendo mientras el pueblo de Cuba sufre hambre y represión.


Dos Premios Casa de las Americas y todos esos viajes, y la existencia misma de esa "azotea" es de por sí una imputacion. No soy yo la que acusa, son los propios hechos. Allí en Cuba todos los escritores oficiales colaboran con la Seguridad del Estado. Y punto.


Es óbvio que la línea editorial de ambas Encuentro no deja margen mas que a la imaginación. Y es una pena, porque la cultura y los escritores y artistas cubanos en su gran mayoría hemos sufrido y padecido el peso de la bota castrista sobre nosotros por casi cincuenta años. Al cabo del tiempo, lo que se premia y homenajea y se promueve es la doble moral, el tira y encoge de los que allá viven amparados bajo el paraguas de Abel Prieto y sus comisarios. Y, créanme, la tiranía paga bien: con viajes, libros publicados, premios, y privilegios. Eso tambien tiene un precio. No importa, muchos están dispuestos a pagarlo. Si hasta tienen a Encuentro para justificarlos y presentarlos como grandes escritores "haciendo patria".


En fin, no sé cómo Encuentro puede acusarme a mí de falta de ética, cuando ellos en el supuesto número homenaje a Heberto Padilla me llaman ladrona y reproducen unas supuestas memorias inéditas (inventadas) de Heberto, memorias que nunca escribió. No ya que no me hayan incluido en dicho "homenaje" (que es de por si una hijeputada), sino todo el odio contra él y contra mí que emana de ese asqueroso número.


No, no van a contestar a mi articulo "¿Censura en Encuentro?" porque no tienen modo de justificar lo que sólo tiene una explicacion: sí, censuran, marginan, soslayan y mienten.

Nota: Hoy 20 de marzo, se cumplen 36 anos de la detencion de Heberto Padilla y yo en La Habana (20 de marzo de 1971), lo que daria comienzo a lo que se conoce como "el caso Padilla". Sean estas lineas de homenaje y desagravio a Heberto. Que en paz descanse, y que su memoria no continue siendo ultrajada.

www.lacasaazulcubana.blogspot.com
www.belkiscubanparadiseart.blogspot.com
www.elvisjohnsmith.blogspot.com

Tuesday, March 06, 2007


Belkis, haciendo la presentacion de Heberto Padilla en La Casa Azul, Fort Worth, Tx, agosto de 2000. Esta seria la ultima conferencia de Heberto, quien moriria el 24 de septiembre de 2000.



Heberto Padilla, en uno de los almuerzos ofrecidos por Linden Lane Magazine en el restaurante Versalles, de Miami, en 1997

¿Censura en "Encuentro"


Belkis Cuza Malé
Han pasado los años y no he dicho nada. Me he mantenido callada, en principio por aquello de no darle "armas al enemigo", como suelen repetir los oficiosos de Cuba. De este modo, he soportado injurias y atropellos --y no estoy hablando de las que vienen del gobierno de Cuba-- sino de un lugar tan cercano como el "exilio", y en particular por parte de la Revista Encuentro y su subsidiaria, Encuentro en la Red, que como todos saben se publica en España, y pretende ser vocero oficial de "las dos orillas". No hablo desde el resentimiento ni de la envidia, que lejos estoy de querer estar donde no me sentiría nunca cómoda ni querida. Pero como vine a este país en busca de la libertad que me negaba el mío de orígen y durante casi tres décadas he dedicado mi existencia y energías a promover la cultura cubana en el exilio, creo necesario ahora, que se debate en Cuba el tema de la censura y sus oprobios, decir por las claras lo que a ojos vista es también resultado de lo mismo, pero aquí.
Desde que Jesús Díaz (que en paz descanse) inició en 1998 su revista Encuentro, la cultura en el exilio tomó un rumbo distinto. Muchos saludaron esperanzados lo que a todas luces era un proyecto vital, y muchos pasaron por alto el pérfil político de su director; su historial de militante comunista en activo; su obra misma, plagada de lugares comunes y ataques al exilio, para darse la mano con quien había logrado conseguir dólares y apoyo de varios sitios y así permitirse el lujo de estar en la lista de los privilegiados. Era un modo de rozar sus nombres con las nuevas generaciones que desde la Isla, ansiosos de servir a dos amos, veían con buenos ojos este aparente maridaje de ideologías y sancochos.
Jesús Díaz murió -- o hay quien dice que lo mataron--, pero lo cierto es que antes de irse de este mundo se las ingenió para continuar lo que en La Habana era ya práctica conocida, la de vetar y eliminar a los que no eran de su bando. En Cuba, siempre estuve en su lista negra, aunque nos conocíamos desde principios de los sesenta. Y a su llegada al exilio, cuando se me invitó a un Congreso en Suecia, decliné asistir porque no estaba dispuesta a participar en nada donde estuviera él. Pero Heberto Padilla, que sí fue, le dijo a Jesús las razones que tuve para no hacer acto de presencia. Luego, cuando visitó Miami, me envió un mensaje pidiéndome perdón. Sin embargo, en el invierno del 2000, a raíz de la muerte de Heberto, la Revista Encuentro le dedicó un número "homenaje", sin que por supuesto se me hubiera solicitado colaboración alguna. En cambio, sí aparecieron siniestros personajillos que ni fueron grandes amigos de Heberto, ni lo estimaban en lo personal. Y para mi sorpresa, apareció allì una supuesta entrevista a Heberto, donde ponían en boca suya insultos a mi persona, y se daban datos y fechas equivocadas, que subrayaban aún más la falsedad de la entrevista. Ni ése era Heberto, ni por supuesto, era él capaz de hablar en esos términos de mi persona y de nuestras relaciones. Para colmo de estulticia, aparecía allí el artículo de una loca desenfrenada, acusándome de haber yo robado el patrimonio (libros, papelería y archivo) de Heberto Padilla, y que eran también parte de toda una vida en común. Una revista que se respete y respete las leyes sería incapaz de publicar algo así. Aquello parecía no un homenaje a Heberto, sino un trabajo de descrédito --(contra el y contra mí) organizado desde cuba por la Seguridad del Estado. Indignado, mi hijo Ernesto llamó a Jesús Díaz a Madrid, y éste le respondió que yo podía enviar una carta. Por supuesto, yo no mandé nada, porque la carta hubiera sido impublicable. Repito, han pasado los años y me he mantenido callada. Hasta hace un par de semanas, cuando harta de las manipulaciones de cierta gente, escribí mi artículo "Guayabitos en la azotea" y se lo envié a Encuentro en la Red, pues daba respuesta a uno de Reina María Rodríguez aparecido allí. Como era de esperar, ni se me acusó recibo, ni se publicó, ni se me contestó un mensaje que más tarde les hice llegar. Sin embargo, en este debate sobre la presencia de Luis Pavón y los otros testaferros, no han faltado en Encuentro los discursos de cuantos han abierto la boca en Cuba para dar su opinión sobre el tema, sin que apenas se conozca la opinión de los que aquí todavía tenemos voz y fuimos también víctimas.
Encuentro y sus directores no sirven a "las dos orillas", sino a una piña muy acoplada que se cree con derecho a usar los dólares de las instituciones norteamericanas, mientras a su vez ejercen la censura y el "apartheid cultural"¨. Si no vives en Cuba, si no respondes a sus intereses, no puedes publicar en Encuentro. Los únicos enlaces que Encuentro en la Red tiene son de instituciones oficiales de Cuba. Linden Lane Magazine no existe para ellos, ni La Casa Azul, ni La Peregrina, ni los demás esfuerzos del exilio. Y la web site que promueven es la de Nancy Morejón, poetisa oficial, con alto cargo en La Casa de las Américas.
¿Estoy exagerando? En el nuevo libro de Rafael Rojas, uno de los directores de Encuentro, Tumbas sin sosiego (Revolución, disidencia y exilio del intelectual cubano) dedicado al análisis de la cultura cubana dentro de la isla, y en el exilio, no aparece mi nombre en sus 506 páginas, ni Linden Lane Magazine (con venticinco años de existencia), ni ninguna referencia a mi labor en este pedregoso exilio. ¿Cómo se puede hablar del Caso Padilla sin mencionarme? ¿Dónde estaba él entonces, que se permite escribir sobre la cultura cubana y borrar mi nombre? No, ya estoy harta de los estos nuevos comisarios, llegados al "exilio" para continuar su labor de zapa.
Sí, Encuentro censura, discrimina, no le da cabida al quehacer de la cultura cubana en el exilio. Duro es tener que alzar la voz cuando todos callan. BelkisBell@Aol.com
Publicado en Panorama/Nuevo Horizonte, Fort Worth, Tx. Marzo 4, 2007